La Pediatría Nutricional es en esencia, el arte de aplicar los conocimientos nutricionales de forma adecuada a las necesidades infantiles.
Después de años de experiencia clínica y terapéutica con niños, complementada con estudios de investigación, que buscaban la relación entre la alimentación actual, y la mayoría de las enfermedades infantiles de nuestra época, hemos llegado a conclusiones que en estos momentos nos parecen obvias:
– La mayoría de las enfermedades infantiles están originadas por una alimentación inadecuada
– La mayoría de las enfermedades infantiles se pueden prevenir, mejorar o curar, simplemente aplicando una dieta adecuada para las necesidades de cada paciente y cada edad.
El arte de aplicar los conocimientos nutricionales de forma adecuada a las necesidades infantiles, es en esencia el contenido de lo que hemos denominado Pediatría Nutricional.
Si tu hijo se resfría o tiene una infección en el oído o cualquier otra enfermedad aguda, no podremos resolver tu problema inmediatamente con Terapia Nutricional, aunque sus síntomas son la expresión de una alteración en los mecanismos de auto-curación que el propio organismo posee, tal como una insuficiencia defensiva o una alteración de los mecanismos anti-inflamatorios.
¡El mal ya está hecho y no podemos solucionarlo de inmediato, corrigiendo los errores nutricionales que hayas cometido!
En este caso, recurrimos a la Pediatría oficial, convencional o farmacológica que nos proporciona fármacos anti-microbianos, anti-inflamatorios, etc. que nos ayudan a resolver su enfermedad, pero sólo provisionalmente, ya que su sistema de auto-curación o protector seguirá siendo ineficiente.
Si estos cuadros infecciosos e inflamatorios se repiten en el tiempo, es decir se hacen repetitivos y recurrentes, tal como otitis de repetición, catarros de repetición, toses persistentes, asma infantil, dolores de cabeza, dolores abdominales, etc. Entonces si estamos en disposición de poder actuar, ya que podemos ayudar al organismo a resolver las anomalías ocasionadas, y que han dado lugar al desequilibrio del sistema protector, tal como los circuitos defensivos e inflamatorios.
La función de la Pediatría Nutricional consistirá en corregir los errores que hayas cometido en la alimentación habitual de tu hijo, que son en definitiva los que están ocasionando que los circuitos fisiológicos de auto-protección estén siendo anulados o alterados.
Vamos a trabajar contigo, en la misma dirección que el organismo, le vamos a ayudar a recuperar sus propias fuerzas o mecanismos de auto-curación, bien eliminando alimentos que lo entorpecen o bien añadiendo nutrientes necesarios para el buen funcionamiento del sistema reparador. Son las “Fuerzas auto-curativas de la naturaleza” o Vix medicatrix naturae.
Después de muchos años trabajando en la pediatra convencional, hemos ido desvelando que la base de gran parte de la patología infantil está en la nutrición. Y casi sin querer, nos hemos ido escorando hacia la corrección de los hábitos nutricionales en las diversas patologías de la infancia, hasta caer en la cuenta, de que estábamos creando una nueva entidad, que hemos denominado Pediatría Nutricional. Es decir una terapia basada en la corrección de los malos hábitos nutricionales y en la implantación de un modelo de alimentación adecuado.
Seguimos practicando la pediatría convencional o farmacológica, tratamos a los enfermos que no se defienden bien con medicinas y fármacos convencionales, pero ahora en vez de parchear el problema principal de las enfermedades con el uso de medicinas, fármacos, y otras terapias invasivas, vemos que es mucho más importante centrarse en resolver las causas que lo originan y favorecer o reforzar los propios sistemas de auto-sanación del organismo.
Hemos extrapolado nuestros estudios de pediatría a las enfermedades de los adultos, que en la actualidad, forman en conjunto «las enfermedades de la civilización occidental», y que en definitiva tienen el mismo origen que las enfermedades infantiles, que no es otro que las malas prácticas nutricionales y del estilo de vida. Al estudio de estas patologías y al modo de afrontarlas desde un punto de vista alimenticio y de cambios en el estilo de vida, lo hemos denominado como Medicina Nutricional.
Después de llevar años practicando con Terapia Nutricional, nos hemos dado cuenta que esta modalidad no es nueva.
Hipócrates, médico griego que nació en el 460 a C, ya predicaba argumentos parecidos. A él se atribuye la frase: “Que el alimento sea tu medicina, que la medicina sea tu alimento”.
Sus principios estaban basados en dotar al organismo de la “Vix medicatrix naturae” o “Fuerzas auto-curativas de la naturaleza”. Sus enfermos eran tratados en base a una buena alimentación, una adecuada exposición a la luz del Sol y al aire puro, con la recomendación de hacer ejercicio físico saludable.
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Durante muchos siglos, la medicina hipocrática fue la dominante en las enseñanzas y práctica de la medicina. Hasta que fue desplazada por la medicina farmacológica. Se criticaba a los médicos hipocráticos porque tardaban mucho en resolver las enfermedades, frente a los nuevos fármacos, que resolvían los problemas más rápidamente.
Con la medicina farmacológica -más interesante para los poderes económicos- hemos resuelto inmediatamente muchos de los síntomas que aquejan a los pacientes (control de la fiebre, de las infecciones, de la diarrea, de la tos, etc.), sin recabar que muchos de estos síntomas son beneficiosos, e incluso a veces son la respuesta terapéutica del organismo para resolver la enfermedad.
La realidad es que muchos fármacos interfieren en los todavía no bien conocidos mecanismos auto-sanadores del organismo en su lucha contra la enfermedad, mecanismos que a veces han dejado de ser efectivos y están alterados o deteriorados como consecuencia de una deficiente alimentación.
El organismo está dotado de mecanismos defensivos propios que deberíamos entender, para ir en la misma dirección y favorecer el cometido de sus engranajes y no suprimirlos como a veces hace la medicina farmacológica o convencional.
Un anti-inflamatorio corta o reduce la inflamación, pero impide al organismo realizar la misión limpiadora y regenerativa que ocasiona una saludable inflamación. La inflamación muchas veces comporta un mecanismo fisiológico de limpieza y reparación de una zona dañada.
La Pediatría Nutricional pretende prevenir, reducir o eliminar las causas que originan las enfermedades infantiles, y dotar al organismo de los medios que necesita para realizar su función sanadora, limitar las interferencias que no están siendo beneficiosas para la salud, o bien bloquear los factores desencadenantes de las enfermedades para obtener la mejoría clínica.
La función de la Pediatría Nutricional consiste en favorecer – por medio de la nutrición- que los engranajes del cuerpo humano funcionen a la perfección, y puedan desarrollarse las “Fuerzas auto-curativas de la naturaleza”, que resuelvan el asedio patológico y las dificultades defensivas o inflamatorias que han originado las enfermedades.
De esta manera, consecuentemente, se irá haciendo innecesaria o al menos podrá limitarse convenientemente la utilización de terapias farmacológicas, mucho más agresivas y con potenciales efectos secundarios a veces muy peligrosos.