¿Cuáles son los 5 errores más frecuentes en alimentación infantil? ¿Qué puedes hacer, para que tus hijos crezcan sanos y resistentes a las enfermedades?
- La degeneración industrial de la alimentación. ¡Estamos comiendo fatal!
- ¿La disminución de la calidad alimenticia repercute en la salud?
- Alteración del sistema inmunitario e inflamatorio.
- A ti no te beneficia ¿a quién beneficia?
- ¿Cuáles son los 5 errores más frecuentes en alimentación infantil?
- Alimentos para disfrutar que pertenecen a la Dieta Mediterránea y Tradicional.
La degeneración industrial de la alimentación. ¡Estamos comiendo fatal!
Cada vez se come peor. Cada vez se comen más alimentos que no tienen nada que ver con aquellos que fueron el sustento de nuestros antepasados.
El diseño de nuestro organismo y la configuración de nuestros genes se han ido adaptando a lo largo de los siglos al alimento que nos correspondía en nuestro nicho ecológico.
Los alimentos y la cocina actual están degenerando. Cada vez disponemos de más alimentos manipulados por la industria y por la tecnología.
Se refinan los alimentos, se los modifica, se añaden y se quitan componentes, se someten a temperaturas extremas, se añaden productos químicos, se someten a ondas físicas, y se le cargan de aditivos.
Se les “momifica”, es decir se les prepara para su conservación a largo plazo, para que puedan ser rentables comercialmente y su periodo de caducidad se alargue en el tiempo.
En definitiva se ha creado una nueva tipología de alimentos, un nuevo reino de la alimentación: Los alimentos del Reino industrial.
Nuevos alimentos, con nuevas propiedades, para los que no parece que estemos preparados genéticamente.
Cada año aumentan las enfermedades llamadas de la “civilización occidental”, como una peste que asola a los países más civilizados y para la que no parece que se pongan los medios para evitarlas.
¿La disminución de la calidad alimenticia repercute en la salud?
Por supuesto que la baja calidad alimenticia repercute en la salud.
No se nota en el día a día, sino en el mes a mes. Son alteraciones silentes y progresivas. Vienen sigilosamente, dañando los sistemas metabólicos, defensivos y reparadores del organismo.
Son las “enfermedades de la civilización occidental”…sobrepeso, obesidad, enfermedades cardiovasculares, alergias, Alzheimer, cáncer, etc.
Centrándonos en la patología infantil, cada vez tenemos más niños con sobrepeso, que acumulan grasa lentamente, casi sin darnos cuenta. Cada vez tenemos más niños con dificultades para respirar y toses bronquiales exageradas (asma infantil). Cada vez hay más niños con alergia, con diabetes, con catarros de repetición y complicaciones frecuentes, etc.
Alteración del sistema inmunitario e inflamatorio
Se alteran todos los sistemas reguladores del organismo infantil. Pero sobre todo se alteran el sistema inmunitario y el sistema inflamatorio.
Hay una enorme sobrecarga de alimentos antigénicos, es decir de alimentos extraños no reconocidos por nuestros genes que obligan al sistema inmunitario a someterse a excesos que acaban alterándolo.
Hay un agrandamiento (hipertrofia) del tejido linfoide, que el que da cobijo al sistema inmunitario. Las amígdalas y las vegetaciones alcanzan tamaños increíbles.
En el sistema inflamatorio hay un híper-respuesta o respuesta exagerada a estímulos que no deberían ocasionar inflamación. Son las denominadas “itis”, como faringitis, amigdalitis, bronquitis, otitis, etc.
Se disparan por desencadenantes menores, como virus y bacterias, que no deberían ocasionar tantas alteraciones. Hay híper-reactividad en las vías respiratorias altas, en los bronquios, en el tubo digestivo, en las articulaciones, en las meninges, etc.
Estas alteraciones afectan especialmente a los niños pequeños, menores de 5 años, que todavía no han madurado el sistema inmunitario.
Todos estos cambios que están ocurriendo en la alimentación infantil no benefician a tu salud, ni a la de tus hijos. ¿A quién beneficia?
Vamos a recomendaros que limitéis algunos alimentos que no son apropiados y repercuten negativamente sobre la salud de tus hijos.
Vamos a exponerte cuáles son los 5 errores más frecuentes que atentan contra la Dieta Mediterránea Tradicional a la que hemos escogido como dieta patrón o dieta de referencia.
¿Cuáles son los 5 errores más frecuentes en alimentación infantil?
1.- Azúcar, bebidas azucaradas y golosinas.
El azúcar no es un alimento tradicional y tampoco tiene un origen mediterráneo.
¡Ha llegado con el desarrollo industrial!
El azúcar tiene un alto índice glucémico, y se absorbe rápidamente en sangre, y origina un verdadero caos en el sistema hormonal del organismo.
Hay que incluir en este grupo de alimentos a todas las bebidas gaseosas o refrescos que llevan azúcar. (Algunos refrescos de 330 ml. contienen hasta 9 azucarillos).
Los zumos de fruta industriales están cargados de azúcar. Para ser aceptables, deben indicar que no contienen azúcar añadida. Es sorprendente saber, que si no pone nada en la etiqueta del envase, la legislación les permite cargarlos de azúcar.
Es preferible tomar la fruta fresca entera, que contiene agua biológica de gran calidad. Fruta masticada, triturada, y mezclada con las enzimas salivales que tenemos en la boca. Es mejor limitar los zumos naturales recién exprimidos, ya que liberan gran cantidad de glucosa, y se saltan este proceso natural.
La mejor bebida infantil es el agua.
También hay que limitar las golosinas y las chucherías, a menudo cargadas de azúcar.
2.- Harinas refinadas y sus derivados
La industrialización hizo de los granos de cereales completos o integrales, alimentos refinados de alto índice glucémico, que como el azúcar, pueden alterar los controladores metabólicos y hormonales del organismo.
Hay que utilizar harina integral, como la utilizaron los pueblos mediterráneos, hasta la aparición de la maquinaria industrial. Es decir harina recién molida y no manipulada. Debe tener todos los componentes del grano, sobre todo el germen y todos los fermentos.
Pueden tomarse todo tipo de alimentos procedentes de los cereales, siempre que la harina sea integral o completa. Pan integral, pasta integral, bollos con harina integral, etc. Asimismo se incluye el arroz con cascarilla o integral.
Naturalmente al tomar todo integral, mejoramos la calidad de la alimentación, ya que contienen mayor cantidad de nutrientes, vitaminas, minerales, y sobre todo de fibra vegetal, que favorece una liberación lenta de los hidratos de carbono (moderado índice glucémico), que mantiene la sensación de saciedad por un tiempo mayor.
Aunque las patatas, no están en el grupo de los cereales, las incluimos aquí debido a su elevado porcentaje de almidón. Tienen un índice glucémico alto, sobre todo cuando se fríen. Las utilizaremos con moderación, en pequeñas cantidades, siendo preferible que estén cocidas o asadas.
Los alimentos que tienen un moderado o alto índice glucémico, como los aquí reseñados, deben acomodarse al tipo de actividad física que tenga la persona que los consume.
Un consumo moderado o incluso elevado de cereales integrales, debe ir seguido de una gran actividad física. Son muy adecuados para personas que realizan deporte o actividades físicas intensas, pero en caso de realizar actividades sedentarias, hay que limitarlos, ya que proporcionan excesiva energía aún siendo integrales.
3.- Grasas de origen animal.
La mayoría de las culturas tradicionales, han consumido pocos alimentos de origen animal y en particular muy poca grasa animal.
Tampoco los pueblos mediterráneos tomaban muchos alimentos de origen animal y tampoco tomaban mucha carne, salvo que ocasionalmente celebrasen una fiesta, u obtuvieran una pieza de caza menor.
En el área mediterránea, solo se consumía carne de vez en cuando, “como condimento”, es decir se añadía ocasionalmente al guiso o al cocido, y no como actualmente se hace, en cantidades excesivas.
Hay que limitar el consumo de carnes grasas, embutidos y charcutería especialmente grasos. Son aceptables las carnes magras con poca grasa y las carnes procesadas como el jamón serrano. No son imprescindibles.
No solamente se limitan porque son alimentos que pueden favorecer el desarrollo del cáncer, como recientemente nos ha recordado la OMS (Organización Mundial de la Salud), sino porque alteran los mecanismos inmunitarios e inflamatorios del organismo.
Las grasas de origen animal son grasas saturadas, que contienen abundante ácido araquidónico, que son la base de reguladores pro-inflamatorios. Su abuso altera el equilibrio del sistema inflamatorio humano.
Son preferibles los productos procedentes de animales cuidados a la intemperie con alimentos herbáceos frescos y naturales. Contienen muchísima menos grasa. Los animales engordados con sistemas de producción intensiva, llegan a tener hasta el triple de grasa que los criados en libertad. Son animales que se crían gordos para aumentar su rendimiento por kilo de peso.
Los lácteos se deben tomar con mucha moderación, preferentemente desgrasados y fermentados, como yogur y queso, y a ser posible obtenidos de leche cruda no pasteurizada. Son preferibles los procedentes de leche de cabra y oveja.
Evitar las mantequillas, margarinas, cremas, nata, etc.
4.- Proteínas de origen animal
Las proteínas de origen animal, han tenido un prestigio enorme entre la población en los últimos años, debido a que era uno de los alimentos consumidos por la clases sociales privilegiadas, y porque se le daba mucha importancia a los aminoácidos esenciales que aportaban.
En la actualidad, ha dejado de ser un alimento reservado a las clases pudientes, para ser un alimento al alcance de toda la sociedad, incluidos los niños. Esto ha ocurrido sobre todo, tras el acceso de la población al estado de bienestar y mejorar el nivel de vida.
Actualmente el consumo de proteínas de origen animal ha sobrepasado en más de cuatro veces las recomendaciones que nos proponen las guías de salud alimentarias.
- No se han tenido en cuenta las características digestivas del ser humano. Nuestra naturaleza no está preparada para digerir y asimilar tanta proteína.
- Es probable que no tengamos enzimas suficientes para digerir adecuadamente o completamente todas las proteínas consumidas
- Es probable que se originen productos intermedios (péptidos) no reconocidos por el sistema inmunitario y que son tratados como extraños o antígenos.
- Hay una sobrecarga antigénica excesiva, que está repercutiendo en el sistema inmunitario.
- Además ocasionan otros problemas, como el descenso del pH sanguíneo, la sobrecarga renal, y la depleción de calcio.
Se debe limitar el consumo de carne, eligiendo preferentemente la magra de ave o conejo, y no más de 1 a 3 veces a la semana.
Es preferible que haya sido añadida al puchero cómo «condimento», como parte integrante de un plato tradicional, y no como un elemento principal del plato.
5.- Alimentos procesados por la industria y pre-cocinados
Los alimentos procesados por la industria no han sido validados por la cultura y por el tiempo. Pueden contener infinidad de errores, que todavía no conocemos.
A menudo son de escasa calidad, al estar sometidos al sistema de venta comercial / generación de ingresos. La calidad no es lo que importa, sino la generación de beneficios.
Se venden los productos baratos a costa de empeorar los componentes con los que se confeccionan. Los productos caros, se venden con dificultad, a pesar de que suelen tener más calidad.
Se «momifican», es decir se les desproveen de aquellas sustancias fermentables y de sus fermentos a fin de alargar la fecha de caducidad del producto.
Todos los seres vivientes hemos tomado siempre productos con capacidad fermentativa, para los que hemos sido diseñados. Si de manera continuada los seres humanos consumimos productos «momificados», difícilmente fermentables, estaremos sometiendo al organismo a nuevos retos y nuevas dificultades para los que no sabemos si estamos preparados.
¡Se deben limitar los alimentos procesados y escoger los de más calidad y menos manipulación!
Entre los alimentos industriales más aceptables están los ultra-congelados, que mantienen bastante bien las propiedades de los alimentos enteros no manipulados.
Por último, que decir de los productos precocinados y de “comida rápida” que tan de moda se han puesto hoy en día, debido a la facilidad de acceso, su abaratamiento y la comodidad que ofrecen.
Contienen y son la suma de todos los puntos discutibles: altos en grasas saturadas, relación de ácidos grasos omega-3/omega-6 alterada, altos en proteínas, alto índice glucémico, escasos en fibra, altos en sal refinada, con gran cantidad de aditivos y procesados con técnicas discutibles.
Se han convertido en alimentos predominantemente “energéticos”, con pocos nutrientes de calidad, por lo que en general, bien se merecen la denominación de “comida basura”.
Alimentos para disfrutar que pertenecen a la Dieta Mediterránea y Tradicional
Las limitaciones y recomendaciones que te exponemos, no pretenden ser temporales, sino que son la base para que puedas configurar una alimentación sana para ti y para tus hijos durante toda la vida.
Con el conocimiento de los alimentos adecuados e inadecuados, podremos gestionar en el futuro posibles desviaciones transitorias, ya que es imposible escaparse del todo de la presión industrial y así tener la posibilidad de volver a la base, que para nosotros es la Dieta Mediterránea Tradicional
No te estamos proponiendo una dieta restrictiva, limitada en calorías y difícil de cumplimentar, sino una dieta de alta calidad nutricional, económica y exquisita, avalada por su prestigio a lo largo de los años y que todavía nos es muy familiar al haber sido la que consumían nuestros abuelos.
No es necesario que te preocupes por la cantidad de alimentos que tienes que comer, ni que calcules las calorías. Es muy intuitiva.
En realidad se trata de una dieta que equilibra nuestro sistema de hambre/saciedad y en general consigue un efecto saciante, y en último término consigue que comamos la cantidad necesaria, de una manera natural, no forzada. Iremos aprendiendo a sentirnos satisfechos con lo que hemos comido.Crédito de la imagen: Juan Alcor vía Compfight cc
- Verduras y hortalizas de todo tipo, y en la cantidad que se considere oportuno. Dos o más veces al día.
- Frutas sin restricciones. Entre dos y cinco veces al día. El frutero debería estar siempre bien repleto y accesible.
- Legumbres a menudo: Dos, o más veces a la semana. Se les puede añadir verduras, patatas, arroz y especias. Limitar carnes y embutidos.
- Pan integral completo, preferiblemente hechos con autentica harina integral. Una gran cantidad de lo que llaman pan integral, está hecho con harina refinada mezclada con salvado.
- Bollería casera integral como las que hacían nuestras madres y abuelas. La bollería industrial si no especifica el tipo de aceite (oliva o girasol) suelen estar hechas con grasas de mala calidad y suelen utilizar harinas refinadas de alto índice glucémico.
- Pasta integral: Una a tres veces a la semana, evitar la mantequilla y usar aceite de oliva extra virgen.
- Arroz integral y otros granos de cereales integrales: Una o tres veces a la semana.
- Pescados, mariscos y crustáceos: Hasta tres veces a la semana, limitando las frituras.
- Carnes magras: No más de una a tres veces por semana, restringiendo las carnes rojas, los embutidos y los derivados cárnicos, según nos ha recordado recientemente la Organización Mundial de la Salud.
- Lácteos con mucha moderación: desgrasados, preferentemente fermentados como el yogur y el queso y preferiblemente de cabra y oveja.
- Huevos: Dos a cinco veces a la semana, evitando freírlos con mantequilla.
- Bebidas: Beber agua abundantemente. Mucho cuidado con los refrescos industriales. Hay que limitar el zumo de fruta industrial, que debe especificar que va “sin azúcar añadida”.
¡Qué os aproveche!
¡Disfrutar con la Dieta Mediterránea Tradicional!
Un fuerte abrazo.
Autor: Fernando Calatayud Sáez
Pediatría Nutricional en Ciudad Real.
Trabajo codo a codo con una nutricionista, mi hija Blanca Calatayud.
Estamos estudiando la relación entre las enfermedades infantiles y el abandono de la Dieta Mediterránea Tradicional.
Dirección de la web y del blog: pediatríanutricional.com