Las «enfermedades de la civilización occidental» son una consecuencia de los cambios en la alimentación y en el estilo de vida para los que no estamos genéticamente preparados
- ¿Que son las enfermedades de la civilización occidental?
- ¿Cómo se originan estas enfermedades?
- Que se está haciendo para prevenirlas
- Cuál es la respuesta de la medicina oficial o convencional
- Que efectos secundarios tiene la terapia farmacológica
- ¿Es posible mejorar o curar las enfermedades de la civilización occidental con Terapia Nutricional?
¿Que son las enfermedades de la civilización occidental?
Las enfermedades crónicas o degenerativas de base inflamatoria o auto-inmune han aumentado de manera exponencial en los últimos años, en aquellas sociedades con un mayor desarrollo económico e industrial, sin que se haya evidenciado algo similar en sociedades primitivas.
En el siglo XIX algunos médicos misioneros observaron que muchas de las enfermedades que eran habituales en la civilización occidental, eran extremadamente raras en los paÃses con poblaciones del tercer mundo.
Estas enfermedades han ido floreciendo en las últimas décadas con la nueva Era HÃper-Industrial a modo de brote epidémico, y han ido aumentando su incidencia a medida que ha aumentado el Ãndice de industrialización.
Siendo por este motivo denominadas «enfermedades de la civilización occidental», o enfermedades del estilo de vida o del progreso.
Las principales enfermedades de la civilización occidental son:
- Enfermedades metabólicas y endocrinas como el sobrepeso y la obesidad, la diabetes, el sÃndrome metabólico, la osteoporosis, etc.
- Enfermedades cardiovasculares como el infarto de miocardio, la aterosclerosis, la hipertensión arterial, etc.
- Enfermedades digestivas como la enfermedad inflamatoria intestinal, la úlcera de estómago, el estreñimiento, los dolores abdominales, etc.
- Las enfermedades  neurológicas y psiquiátricas, como el sÃndrome de Alzheimer, el sÃndrome de hÃper-actividad con déficit de atención, los trastornos de ansiedad, depresivos y del estado de ánimo, etc.
- Trastornos degenerativos e inflamatorios como el cáncer, las artritis, las artrosis, la insuficiencia renal crónica, etc.
- Las enfermedades alérgicas, como el asma bronquial, las rino-conjuntivitis, las urticarias, etc.
¿Como se originan estas enfermedades?
Creemos que los cambios acaecidos en la alimentación del ser humano, y en su estilo de vida, desde el PaleolÃtico hasta nuestros dÃas, podrÃan estar en la base de las «enfermedades de la civilización occidental».
También podemos añadir como factores causantes a la contaminación ambiental, la invasión de pesticidas, productos quÃmicos, y las radiaciones ambientales.
Los problemas inflamatorios o autoinmunes van en aumento en la medida en que abandonamos costumbres dietéticas y estilos de vida ancestrales y las sustituimos por nuevos alimentos y nuevas tecnologÃas promovidas y potenciadas por el desarrollo industrial.
En los casi 10.000 años que transcurren desde la superación de la Edad de Piedra, no ha habido tiempo suficiente para que nuestra especie, haya podido modificar el material genético que regula la nutrición, metabolismo y asimilación de los alimentos y por tanto podrÃamos no estar adaptados a la actual explosión alimenticia de la Era HÃper-Industrial.
En este periodo de desarrollo industrial, con gran prosperidad social y económica en los paÃses occidentales, se ha modificado sustancialmente el esquema clásico de alimentación, variando intensamente la composición de los nutrientes y su manera de procesarlos, alterando su esencia de tal modo, que ya no es posible reconocer a la Dieta Tradicional de las distintas culturas del planeta, habiendo evolucionado hacia una Dieta HÃper-Industrial.Â
Que se está haciendo para prevenirlas
Estas enfermedades de la civilización occidental son potencialmente prevenibles, y en general se considera que una cuidadosa atención a los hábitos nutricionales y al estilo de vida, podrÃa ser suficiente para su control.
En nuestra consulta de pediatrÃa hemos ido aumentando la atención a los hábitos alimenticios, y ello nos ha traÃdo como consecuencia un aumento en el  control de la mayorÃa de las enfermedades que afectan a los niños en atención primaria.
No podÃamos imaginar por ejemplo, que la exagerada repetición de los catarros infantiles y sus complicaciones recurrentes como la otitis y sinusitis, eran ocasionados por una mala alimentación.
En principio podÃamos pensar como todo el mundo, que se trataba de enfermedades infecciosas ocasionadas por virus y bacterias que se propagaban a través de colegios y guarderÃas.
Pero una mayor atención a los hábitos alimenticios nos ha hechos sospechar que la causa de estas infecciones está en las malas defensas del organismo frente a estos micro-organismos.
Hay una respuesta exagerada o hÃper-respuesta por parte del organismo, con sÃntomas sobre-dimensionados o excesivos como fiebre alta, tos altamente irritativa que origina vómitos e impide dormir adecuadamente, intenso malestar y postración, gran afectación del estado general, que da lugar a la necesidad de acudir lo más rápidamente posible al servicio de urgencias.
Recientemente el estudio Predimed ha demostrado que una alimentación de calidad basada en la dieta mediterránea, puede prevenir, mejorar y controlar la enfermedad cardio-vascular, precisamente con los efectos anti-inflamatorios que produce este tipo de alimentación.
Son ya muchos los estudios que alertan de la incidencia de cáncer en las comunidades en las que se consume un exceso de carnes y productos cárnicos procesados, como los embutidos y la chacinerÃa, cómo puede apreciarse en una revisión sistemática sobre dieta mediterránea y cáncer realizado en varios paÃses, con fondos de la Comunidad Europea.
También ha aumentado el número de oncólogos que están poniendo atención a los hábitos alimenticios, como método complementario para conseguir un mejor control de esta enfermedad.
Cuál es la respuesta de la medicina oficial o convencional
- TodavÃa no hay mucha conciencia sobre el papel de la alimentación en las enfermedades de nuestro tiempo.
- TodavÃa se cree que tienen únicamente un papel preventivo, como si esto no fuera ya algo importante por sà mismo.
- TodavÃa no se han tomado las suficientes medidas para corregir estas anomalÃas por parte de nuestras autoridades sanitarias.
Nosotros creemos que no solamente hacen un papel preventivo, sino que una alimentación adecuada nos va a permitir un adecuado control de la mayorÃa de las enfermedades que llamamos de la civilización occidental.
Una alimentación Tradicional como la Dieta Mediterránea no solo previene sino que puede curar o mejorar la mayorÃa de las enfermedades infantiles.
La medicina oficial o convencional llega tarde, ha puesto el hospital en el fondo del barranco, cuando ya han aparecido la mayorÃa de las enfermedades, cuando se han despeñado la mayorÃa de los pacientes.
Propone tratamientos aplicados tardÃamente para reparar daños que se han ido produciendo lentamente a lo largo del tiempo.
Cuando ya casi no tiene remedio, cuando hay ya un daño evidente.
Entonces aparecen los fármacos para reparar los circuitos alterados y los mecanismos destruidos.
Pero los fármacos no son milagrosos y no resuelven las causas, sino que se centran en los sÃntomas.
Solucionan los problemas transitoriamente, pero no definitivamente.
Que efectos secundarios tiene la terapia farmacológica
Es necesario dejar de creer en la magia de las medicinas. No son mágicas, son en su mayorÃa sustancias quÃmicas que a modo de interruptor, cortan circuitos fisiológicos que suspenden acciones patógenas o indeseables.
Sin duda tienen un efecto benefactor y salvan vidas en situaciones comprometidas, pero seguramente es el pago que tenemos que hacer por haber llegado tarde, por no haber previsto cuáles iban a ser las consecuencias del abandono de las normas y principios tradicionales.
¿Cómo podemos dejar únicamente en manos de la farmacologÃa la solución de las enfermedades habituales, especialmente en la infancia?
Cada vez estamos más alertados de los efectos secundarios que tienen las medicinas, y cada vez nos llegan nuevas evidencias sobre problemas que ocasionan.
Todos los años retiran del mercado multitud de fármacos que han ocasionado efectos secundarios indeseables.
Si un médico que se formó hace 25 años, prescribiera actualmente las mismas medicinas que recomendaban entonces, se le considerarÃa temerario y desfasado. Muchas de esas medicinas están retiradas por sus graves efectos secundarios.
¿No os parece que nos puede suceder lo mismo dentro de otros 25 años?
SÃ, ya sé que nos sacan de muchos apuros y de situaciones graves, pero no son mágicas y hay que tener mucho cuidado con sus efectos secundarios.
¡Usemos las medicinas con prudencia y con la máxima seguridad!
En pediatrÃa es necesaria una revisión pormenorizada de todos aquellos medicamentos que no han demostrado evidencia sobre los efectos terapéuticos que promueven.
La medicina no consiste únicamente en interrumpir los circuitos alterados que han originado la enfermedad.
Es necesario prevenir y evitar que se llegue a la situación patológica.
Las enfermedades de la civilización occidental son la lacra de nuestro siglo, y a pesar del enorme daño que están haciendo, y de la altÃsima mortalidad que están originando, la mayorÃa de las personas individuales y de las sociedades médicas, no parecen darse cuenta de sus desgarradoras fauces y están desviando sus fuerzas correctoras en la dirección equivocada.
¿Es posible mejorar o curar las enfermedades de la civilización occidental con Terapia Nutricional?
Nuestra propuesta está basada en la recuperación de las Dietas Tradicionales y del estilo de vida.
En la confianza de tener un cuerpo sabio y auto-suficiente, que sabe resolver sus problemas de salud, siempre que le proporcionemos los nutrientes que necesita y le evitemos los elementos para los que no está preparado.
Son las fuerzas auto-curativas de la naturaleza.
Tenemos mucho que hablar e investigar sobre este tema.
Pongámonos en marcha y actuemos de manera racional sobre el origen de la enfermedad y el modo de evitarla.
¡Hagamos Terapia Nutricional!
Como Hipócrates, padre de la medicina, que hace más de 2.400 años nos decÃa: “Que el alimento sea tu medicina y que tu medicina sea el alimento».