Como enfrentarnos a las enfermedades de la sociedad occidental. Estamos ante una verdadera revolución en la manera de entender la medicina y en los modos de curación.
¿Medicina farmacológica o medicina integral?
Como enfrentarnos a las enfermedades de la sociedad occidental. Estamos ante una verdadera revolución en la manera de entender la medicina y en los modos de curación.
La medicina farmacológica actual, ha reducido y simplificado el arte de curar enfermos a la prescripción de fármacos. Sin duda con efectos sorprendentes que solucionan los problemas de salud, aunque a menudo, solo aparentemente.
Se ha reducido la actuación del médico a la realización de un diagnóstico causal, seguido de un tratamiento farmacológico Se realizan pruebas para establecer un diagnóstico y tras su evaluación, se desarrolla el informe final con el tratamiento farmacológico.
Se han obviado importantes aspectos que conciernen al estado de salud: ¿Que come este paciente? ¿Que tipo de ejercicio realiza durante el día? ¿En que medio ambiental se desenvuelve?
Además de un informe médico y farmacológico, se deberían realizar otros informes periciales: Informe Nutricional, Informe de actividad física, e Informe ambiental.
Invasión de productos elaborados
En los últimos decenios hemos abandonado la alimentación tradicional, que ha sido sustituida por una alimentación principalmente industrial. Estos “nuevos” productos alimenticios son la base de la que podríamos llamar “cultura alimenticia de la sociedad occidental”.
No podemos llamarlos alimentos, ya que su consumo trae como consecuencia la aparición de las «enfermedades de la sociedad occidental». De esta manera, han aumentado el sobrepeso, obesidad, enfermedad cardio-vascular, Alzheimer, cáncer, etc. (Ver aquí)
Alteración de los mecanismos inflamatorios e inmunitarios
Vamos a señalar algunos problemas que ocasionan estos consumibles, y que alteran los mecanismos de limpieza y reparación (inflamatorios). Así como en los mecanismos de defensa o inmunitarios:
- La alteración en la relación de los ácidos grasos omega-3/omega-6 desequilibra al sistema inflamatorio. Hay un aumento de omega-6, por el excesivo consumo de carnes y embutidos, que favorecen la producción de hormonas pro-inflamatorias. A su vez, hay un déficit de omega-3 que van a formar parte de la estructura de las hormonas anti-inflamatorias (eicosanoides).
- Exceso de proteínas de origen animal, que conducen a una sobrecarga del sistema inmunitario y excretor. Incapacidad de los niños pequeños para reconocer y bloquear a tantas sustancias extrañas, ocasionando un agrandamiento del tejido linfoide (amígdalas y vegetaciones).
- Presencia de tóxicos ambientales, tanto en el aire que respiramos, como en el agua que bebemos, como en los alimentos que tomamos. Muchos de ellos, son dis-ruptores enzimáticos que afectan las señales de comunicación interna de nuestro organismo.
- Alteración de la microbiota humana, como consecuencia de ingerir multitud de alimentos no tradicionales. Muchos de ellos con fermentos desconocidos o simplemente desprovistos de ellos. Adquisición y establecimiento de un tipo de flora intestinal para la que no estamos preparados. Que ocasionan a su vez una nueva sobrecarga al sistema inmunitario.
- Las alteraciones en los mecanismos inflamatorios, van a ocasionar una híper-reactividad de las mucosas. Su respuesta va a ser exagerada frente a desencadenantes que en condiciones normales no ocasionarían ningún problema.
¿Qué podemos hacer para recuperar la salud y enfrentarnos adecuadamente a la enfermedad?
Demos a nuestro organismo todos los alimentos que necesita para defenderse adecuadamente.
Eliminemos todos aquellos alimentos para los que no estamos preparados.
El ejercicio físico es necesario para el mantenimiento de la salud. La actividad física es necesaria para el buen funcionamiento de nuestros órganos. Necesitamos un sistema cardio-pulmonar y cardio-circulatorio potente, que nos proteja de las enfermedades.
Necesitamos aire puro y limpio, que no ensucie nuestros pulmones. Las sustancias tóxicas ambientales pueden dañar nuestra estructuras. Debemos cuidar el medio ambiente, ya que repercute enormemente en nuestra salud.
Pedimos análisis, radiografías, y otras pruebas complementarias, pero olvidamos otros aspectos de la salud muy importantes. Debemos hacer una valoración más amplia, si queremos profundizar en las causas de la enfermedad.
¿Debemos dar fármacos a los enfermos, sin analizar que es lo que comen, que es lo que beben, en que ambiente se desenvuelven, y que ejercicio físico realizan?
Si queremos actuar en profundidad tendremos que realizar un Informe Nutricional, un Informe de Actividad Física y u Informe Ambiental.
Y si pedimos un Informe Nutricional
Hagamos un Informe Nutricional para saber cual es la calidad de la dieta de nuestros pacientes y poder orientarles adecuadamente.
Pidamos a los nutricionistas que nos ayuden. Pidamos también ayuda a nuestras enfermeras para que nos ayuden a desentrañar los alimentos que están tomando nuestros niños.
Tengamos en la Dieta Tradicional – en nuestro caso la Dieta Mediterránea – nuestro punto de referencia, para realizar una alimentación saludable.
¿Por qué los médicos y pediatras no siguen estas recomendaciones?
Comprendo que los médicos y pediatras que hemos tenido una formación fundamentalmente farmacológica, no entendamos bien estos argumentos.
También comprendo a enfermería que con una formación parecida, no puedan establecer dicha relación.
Como es posible que no se aprecie la enorme conexión que hay entre la falta de calidad de los alimentos, la ausencia de actividad física, la toxicidad ambiental, y la aparición de las enfermedades habituales de la infancia.
No podría entender que los dietistas-nutricionistas ignorasen la importancia que tiene la alimentación en la regulación de los mecanismos inflamatorios, inmunitarios y en la composición de la microbiota.
Y por tanto en la generación de enfermedades.
Estamos acostumbrados a enfrentarnos a las enfermedades con medicamentos. Un medicamento para cada enfermedad. Pensamos que sin nuestra ayuda, el organismo no va a saber defenderse.
Actuamos como «los salvadores» de la infancia agredida
Actuamos como si fuéramos los «Hombres G»,»Los vigilantes de la playa», «Los salvadores» de la infancia agredida.
Hemos tratado siempre la enfermedad como un “ente” que viene de fuera a agredirnos, a ocasionarnos molestias, y que hay que combatir.
Se siguen investigando nuevos fármacos capaces de acabar con los intrusos.
Pero hemos olvidado a los mecanismos defensivos del organismo y como ejercer la Medicina Nutricional, Física y Ambiental para potenciarlos.
¡Tenemos que reaccionar!
Cada vez hay más intrusos. Nuestros organismos son cada vez más débiles. Hay un aumento de efectos secundarios. Están aumentando el número de enfermedades.
Algo no marcha bien. Hay algo, que no hemos comprendido.
Hemos ninguneado el poder sanador de nuestro cuerpo. Hemos desechado a las Fuerzas auto-curativas de la Naturaleza.
¿Y si dejamos actuar a nuestro cuerpo? ¿Potenciemos su labor con una alimentación y una actividad física adecuada? ¿Favorezcamos un estilo de vida saludable?
Hemos obtenido buena respuesta terapéutica
Llevamos trabajado muchos años con alimentación infantil. Favoreciendo que los pacientes dispusieran de todo lo que necesitaban, para desarrollar sus sistemas adecuadamente.
Una buena alimentación, ejercicio físico y promoción de vida sana.
Incluso hemos promocionado vitaminas, minerales y otros agentes saludables, que todavía no han sido descubiertos por la ciencia. Indudablemente están ahí – sin nominar – en los buenos alimentos tradicionales.
Apenas hemos utilizado medicinas: se defienden ellos solos. No necesitan apenas de nuestros cuidados. Son auto-suficientes respecto a la salud.
Si se confirman nuestras impresiones, estamos ante una verdadera revolución en la manera de entender la medicina y en los modos de curación.
¿Qué alimentos son los más adecuados para la especie humana?
¿Cuál es la acción salutífera de la Terapia Nutricional?
¿Podrían trasladarse estas observaciones a otras patologías de los adultos?
¿Cómo podríamos influir para que las instituciones sanitarias nos presten atención?
¿Qué podríamos hacer para que los científicos se interesaran por nosotros?
¿Qué papel juega la industria alimentaria?
¿De qué manera influye la industria farmacéutica?
Nos falta apoyo para demostrarlo. Necesitamos medios para avanzar.
¡Es tan difícil comprenderlo!
Autor: Fernando Calatayud Sáez
Pediatría Nutricional en Ciudad Real.
Trabajo codo a codo con una nutricionista, mi hija Blanca Calatayud.
Estamos estudiando la relación entre las enfermedades infantiles y el abandono de la Dieta Mediterránea Tradicional.
Dirección de la web y del blog: pediatríanutricional.com