Qué podemos esperar de una Dieta Mediterránea Tradicional. Nos acaban de conceder una beca en la AEPap para estudiar sus efectos en lactantes y niños pequeños.
Llevamos más de 10 años investigando los efectos de una alimentación de calidad en las enfermedades habituales de la infancia, como sobrepeso, asma infantil, catarros de repetición, otitis, rino-sinusitis, obstrucción nasal persistente, etc.
Hemos obtenido unos magníficos resultados al aplicar la Dieta Mediterránea Tradicional a estos niños, que han mejorado de sus enfermedades recurrentes y se defienden mucho mejor.
Poco a poco nos hemos ido dando cuenta de que la mayoría de las enfermedades infantiles, no se deben a agentes infecciosos procedentes del exterior, sino que se deben a la debilidad de un organismo enfermo o alterado que no sabe como defenderse o como alcanzar el equilibrio adecuado.
Una mala alimentación ocasiona la alteración de los sistemas reparador y defensivos de los niños. Ambos sistemas están mal pertrechados y no funcionan adecuadamente, por lo que reaccionan en exceso o en defecto ante factores desencadenantes que no deberían dar problemas.
¡No vamos a esperar a que se pongan enfermos para iniciar una alimentación saludable!
El motivo de este estudio que nos ha becado la Asociación Española de Pediatría de atención primaria (AEPap) es el siguiente: ¿Por qué tenemos que esperar a que los niños enfermen repetidamente para recomendarles una alimentación de calidad? ¿Y si les proponemos hacer una alimentación de calidad desde desde su nacimiento y mucho mejor desde su gestación?
Vamos a puntuar su adherencia a la Dieta Mediterránea Tradicional y según sus puntuaciones vamos a dividirlos en dos grupos, que se formarán de manera espontánea:
- 1.- Grupo de alta afinidad a la Dieta Mediterránea Tradicional (DMT): Los que sacan mayor puntuación por que van a seguir la dieta tradicional, la que propicia la lactancia materna y los alimentos del mercado tradicional (alimentos frescos y de temporada como frutas, verduras, hortalizas, legumbres, semillas, cereales integrales, etc.).
- 2.- Grupo de menor afinidad a la DMT o grupo influido por la «Dieta Occidental»: Son los que van a seguir muchas de nuestras recomendaciones pero no lo van a poder conseguir del todo. La presión industrial, los allegados, y las circunstancias les impiden la excelencia y no van a poder evitar la dieta propuesta por la sociedad occidental (lactancia artificial, productos procesados, exceso de alimentos de origen animal, etc.).
Vamos a medir su morbilidad.
Nosotros creemos que los niños afines a la Dieta Mediterránea Tradicional, tendrán menos patología y menos problemas que los niños que sigan la «dieta occidental». Su sistema defensivo y restaurador funcionará mejor y no reaccionarán en exceso (Híper-reactividad) frente a pequeños virus y bacterias. Tendrán una fiebre controlable, mucosidad y tos saludables, y un aceptable estado general.
Los que dejen influenciar por la «dieta occidental» creemos que tendrán más enfermedades y peor control debido a las dificultades del sistema defensivo e restaurador para funcionar adecuadamente. Será preciso una mayor utilización de fármacos y medicinas para solucionar los problemas que el organismo no puede resolver por estar parcialmente incapacitado.
Es algo que ya hemos comprobado durante estos años, pero que ahora lo vamos a medir para poder publicarlo en revistas de investigación pediátrica.
Llevamos más de 10 años investigando la relación entre la Dieta Mediterránea Tradicional y la aparición de enfermedades recurrentes.
Os exponemos a continuación nuestra experiencia y algunos de nuestros estudios en alimentación infantil con el fin de justificar algunas de nuestras propuestas.
- Sobrepeso y obesidad infantil: Hemos aplicado la Dieta Mediterránea Tradicional a todos los niños que presentaban sobrepeso u obesidad, recomendando alimentos frescos y de temporada, adquiridos en los mercados tradicionales y fruterías de barrio. Evitando los alimentos industriales y las grandes superficies. Sin contaje de calorías y consumidos en el ámbito familiar. Hemos obtenido unos resultados muy satisfactorios publicados en la revista Pediatría de Atención Primaria.
- Asma bronquial infantil: Tras aplicar la Dieta Mediterránea Tradicional a los niños que padecían asma bronquial, y poniendo particular atención en la limitación de alimentos de origen animal, debido al alto poder antigénico de sus proteínas. Hemos obtenido unos buenos resultados publicados en la revista Allergología et Immupathología.
- Catarros de repetición y complicaciones bacterianas frecuentes: A partir del inicio de la guardería, y debido a la exposición a nuevos agentes microbianos, los niños pequeños entran en un periodo de alta incidencia de enfermedades infantiles que deterioran su salud y producen mucha angustia a sus padres. La recomendación de una alimentación basada en la Dieta Mediterránea Tradicional a los niños que tenían catarros de repetición y complicaciones inflamatorias frecuentes, nos ha dado buenos resultados, y estos han sido publicados recientemente en la revista Allergología et Immunopathología.
- Otras enfermedades recurrentes: Hemos presentado comunicaciones en los últimos congresos de pediatría sobre enfermedades recurrentes de la infancia, que mejoran al aplicar una alimentación de calidad: Otitis de repetición. Sinusitis de repetición. Otitis media con exudado crónico. Problemas de apetito. Estreñimiento. Dolor abdominal recurrente. Obstrucción nasal persistente, etc. Puedes encontrar los resúmenes o abstracs en http://pediatrianutricional.com/ en el apartado/estudios.
¿Qué podemos hacer para que nuestros niños estén saludables ?
- Enseñarles a comer bien y a reconocer la comida saludable: Es necesario aprender a comer al estilo tradicional, tal como ha sido trasmitido por nuestra cultura u otras culturas ancestrales que han verificado con el paso de los años la bondad de sus alimentos.
- Enseñarles autonomía y capacidad de auto-regulación: Se debe comer según las necesidades de cada uno, y con las preferencias que nos propone el instinto. Desde pequeñitos se debe fomentar la autonomía, dejando que coman solos en cuanto sepan hacerlo y dejando que coman la cantidad que ellos decidan.
- Alimentación en el ámbito familiar: Los mejores educadores son los padres y familiares que estén a su alrededor. Comerán lo que de manera tradicional ha comido su familia. Si no quieren tomarlo, no se insistirá, ni se presionará. Tampoco se preparará nada especial para ellos. La comida se prepara cada día, y quien quiere la toma y quien no la deja.
- Lactancia materna. La base de la alimentación de los primeros años será siempre la lactancia materna a demanda. ¡Es necesario apoyarla desde todos los estamentos! ¡Es infame el obstruccionismo a la que está sometida!
- Enseñar buenos hábitos alimenticios y sociales: Se comerá a las horas establecidas por la familia. La hora de la comida en el “mediterráneo” ha sido siempre un tiempo de interacción social y emotiva, que favorece los lazos de unión familiar y nos permite la comunicación entre todos los componentes. Por tanto, siempre que sea posible hay que favorecer la comida social acompañada.
¿Qué podemos esperar de una alimentación de calidad?
- Actividad física y psíquica de alto rendimiento: Los niños que consumen los alimentos adecuados están adquiriendo nutrientes de alta calidad, cuyos efectos podrán apreciarse en el modo de desenvolverse y en el alto rendimiento físico y psíquico.
- Promoción de la salud: Los sistemas restauradores y defensivos del organismo madurarán adecuadamente para su edad. Sabrán enfrentarse con solvencia a las posibles agresiones del mundo exterior.
- Disminución de las enfermedades recurrentes de la infancia: La consecuencia del equilibrio general del organismo se traducirá en una buena respuesta a las agresiones. Apenas tendrán enfermedades, ni procesos recurrentes y disfrutarán de una salud excelente.
- Disminución de las alergias e intolerancias: Los productos extraños a la condición humana, que no han sido parte de nuestra cultura tradicional, pueden ocasionar problemas de intolerancia y alergia. Eliminar estos alimentos supone evitar una gran cantidad de enfermedades que tienen como base la incapacidad para reconocerlos.
- Satisfacción por asumir una responsabilidad necesaria: No es cuestión de hacer una dieta, ni de ponerse prohibiciones, es una cuestión de responsabilidad. Vamos a alimentarnos de acuerdo a nuestra condición humana, seguiremos la tradición y el sentido común y nos vamos a resistir a las fuerzas que no buscan nuestra salud.
- Respeto a la Madre Tierra y a la ecología. Nos colocaremos en nuestro nicho ecológico y respetaremos el de lo demás seres vivientes. Al destruir las cadenas ecológicas, estamos alterando el equilibrio de nuestra Madre Tierra, que nos llevará a la devastación y a la destrucción de todo lo que conocemos.
- Dificultades para su consecución: Inicialmente va a suponer un gran esfuerzo la decisión de comer adecuadamente y sobre todo una gran preparación para no caer en las manos del tejido industrial.
En poco tiempo veremos su rentabilidad al observar la resistencia a las enfermedades y la satisfacción de la familia por una decisión bien tomada. ¡Buen provecho!
Autor: Fernando Calatayud Sáez
Pediatría Nutricional en Ciudad Real.
Trabajo codo a codo con una nutricionista, mi hija Blanca Calatayud.
Estamos estudiando la relación entre las enfermedades infantiles y el abandono de la Dieta Mediterránea Tradicional.
Dirección de la web y del blog: pediatríanutricional.com