Somos lo que comemos. Si tomamos alimentos que no nos corresponden como especie humana, nos vamos a encontrar con desequilibrios. Estos desajustes son lo que llamamos «enfermedad»
Tres maneras distintas de comer
Somos lo que comemos y según el modo de obtener los alimentos podrÃamos clasificar la alimentación humana -simplificandolo mucho- en tres categorÃas diferentes que se superponen entre sÃ.
La mayorÃa de los animales que habitan el planeta, obtienen los alimentos directamente del medio en que viven, donde se han adaptado, y los consumen tal como los ofrece la naturaleza, es decir sin procesar.
Antecedentes del paleolÃtico
Los humanos del paleolÃtico tuvieron que desplazarse de un lugar a otro (nómadas) en busca de los alimentos que necesitaban y que variaban según las estaciones y los lugares que visitaban.
Son los alimentos que podriamos llamar de temporada.
Con las primeras civilizaciones, en el llamado «Creciente Fértil» aparecieron los primeros alimentos artesanales que podÃan ser almacenados en despensas.
Esto nos permitió abandonar el nomadeo y asentarnos en las ciudades. Fue el nacimiento de nuestra civilización.
SeguÃan predominando los alimentos obtenidos en la zona de asentamiento, al que se añadÃan – sobre todo en invierno- los alimentos cosechados y conservados artesanalmente.
Revolución industrial
Durante miles de años, ha sido el modelo predominante en el área mediterránea, por lo que podriamos denominarlo Modelo Tradicional.
TodavÃa muchas regiones a donde no ha llegado la revolución industrial, siguen basando su alimentación en este modelo ancestral.
Recientemente con el desarrollo industrial, el acceso al alimento se ha facilitado y multiplicado. Ya no hay que ir a buscarlo en la naturaleza.
Ya no hay que sembrar, abonar y cosechar. Ahora todo es mucho más sencillo: ¡Está en los super-mercados!
En la última centuria se ha desarrollado el Modelo de la «civilización occidental», que aunque basado en la alimentación tradicional, su caracteristica principal, ha sido el procesamiento de los alimentos.
Por último, parece que algunos individuos han perdido definitivamente el instinto y el conocimiento para escoger el alimento adecuados.
Se han dejado caer en manos de la industria, que los manipula según sus intereses. SerÃa el Modelo Adictivo o Caprichoso.
1.- Modelo Tradicional:
- Paleo-dieta (Cazadores-recolectores)
- Dieta tradicional (Agricultores-ganaderos)
- Dieta vegetariana tradicional o basada en plantas (Recolectores-agricultores)
Las tres tienen en común su antigüedad en el tiempo, que nos ha permitido la adaptación, y están basadas en alimentos tradicionales frescos, no procesados o minimamente procesados de forma artesanal.
La maquinaria biológica del ser humano se ha ido adaptando lentamente a su nicho ecológico.
Nos hemos ido adaptando a los alimentos que nos ofrecÃa la naturaleza en nuestro entorno, hasta configurar con las variantes descritas a la Dieta Tradicional.
Uso preferente de alimentos frescos
Las tres variantes descritas tienen en común el uso preferente de alimentos de origen vegetal, tales como frutas, verduras, hortalizas, frutos secos, legumbres y cereales integrales.
La diferencia principal entre ellas es el grado de utilización de los productos de origen animal. Siendo mÃnima o nula en los que seguÃan una dieta vegetariana.
En este modelo tradicional hemos de añadir el procesado de algunos alimentos que nos permitieron retrasar su utilización y poder almacenarlos en la despensa para un uso posterior.
Se trataba de alimentos artesanales con un procesamiento mÃnimo, que no alteraban gravemente su composición.
2.- Modelo de la civilización occidental
De manera progresiva y casi sin darnos cuenta, se han ido añadiendo nuevas formas de procesar los alimentos.
Añadiendo productos quÃmicos y sistemas de conservación y envasado que han ido configurando el nuevo modelo de la «civilización occidental».
La mayorÃa de los alimentos procesados, han perdido su capacidad fermentativa, que evita su pudrición.
Esto es lo que les diferencia fundamentalmente de los alimentos frescos, que tienen una fermentación inmediata y no pueden consumirse mucho después de recolectados.
¿Estamos adaptados a tomar alimentos que no fermentan? Nuestro tubo digestivo es un tubo de fermentación, y necesita alimentos reconocibles que puedan ser fermentados por la flora intestinal.
Explotación intensiva
También hay que añadir otra caracterÃstica de este modelo: La explotación intensiva de la naturaleza para obtener el máximo rendimiento.
Ello está cambiando la composición de los alimentos, y la calidad de sus nutrientes.
No es lo mismo un tomate de huerta tradicional que un tomate de invernadero. No es lo mismo un pescado salvaje, que uno de piscifactorÃa.
3.- Modelo Adictivo o caprichoso
Ya no hay un patrón mas o menos consensuado, sino que se dejan llevar por el capricho individual y por el poderoso influjo que ejerce sobre ellos el marketing industrial.
Comen lo que les apetece y lo hacen cuando quieren, sin que parezca preocuparles su repercusión en la salud.
En este modelo se ha desconfigurado totalmente el modelo de alimentación tradicional.
SerÃa el modelo de la «civilización occidental» llevado a su lÃmite más pernicioso.
Hay un dominio del marketing sobre la cultura tradicional en la elección de alimentos.
Hay un consumo impulsivo de productos procesados de mala calidad y que ofrecen un gran rendimiento económico a sus creadores.
Microbiota intestinal
La «civilización occidental» ha añadido multitud de alimentos que no eran habituales en nuestros ancestros y ello ha traido consecuencias en la composición de la microbiota.
La microbiota o conjunto de bacterias que componen la flora intestinal, ha sido configurada a lo largo de nuestra evolución.
Es especÃfica del ser humano y no la tienen otros animales. Han evolucionado con nosotros.
Si damos alimentos diferentes de los tradicionales, se configuran nuevos modelos de microbiota a la que podemos no estar adaptados y que pueden alterar al sistema de reconocimiento inmunitario.
«Somos lo que comemos»
Actualmente no se comprende a los terraplanistas, quienes dicen que la tierra es plana y sin embargo antes de Kepler y Galileo, todo el mundo asà lo concebÃa.
Hoy dÃa no se puede entender que no se le de importancia a la composición de los alimentos en su relación con la salud.
Enfermedad y fármacos
Si tomamos alimentos que no nos corresponden como especie humana, nos vamos a encontrar con desequilibrios y desajustes en el funcionamiento de nuestro cuerpo.
Estos desajustes son lo que llamamos «enfermedad» y que en la «civilización occidental» solucionamos con fármacos.
Fármacos que anulan o limitan los sÃntomas de la enfermedad, pero que no solucionan el problema de fondo.
Y además traen efectos secundarios, a veces mucho peores que sus ventajas.
Nos hemos olvidado de la causa subyacente, que no es otra que la recuperación de la dieta tradicional.
Dieta que equilibre y ajuste a nuestro organismo con los nutrientes para los que estamos adaptados.
¡Recuperemos la dieta tradicional que en nuestro medio no es otra que la Dieta Mediterránea!
Autor: Fernando Calatayud Sáez
PediatrÃa Nutricional en Ciudad Real.
Trabajo codo a codo con una nutricionista, mi hija Blanca Calatayud.
Estamos estudiando la relación entre las enfermedades infantiles y el abandono de la Dieta Mediterránea Tradicional.
Nunca la PediatrÃa y la Nutrición estuvieron tan cerca.
Dirección de la web y del blog: pediatrÃanutricional.com