Asma infantil: nuestro estudio apoya la hipótesis de que una alimentación de alta calidad nutricional puede contribuir a mejorar el control del asma infantil
Mediterranean diet and childhood asthma.
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Autores: Fernando M. Calatayud-Sáez1,*, Blanca Calatayud Moscoso del Prado2,*, JG. Gallego Fernández-Pacheco3, Carmen González-Martín4, Luis F. Alguacil Merino5.
1 Pediatra en Clínica infanto-juvenil “La Palma”. Ciudad Real, España. 2 Nutricionista en Clínica infanto-juvenil “La Palma”. Ciudad Real, España. 3 Médico de familia en Centro de Salud nº 1 de Ciudad Real, España. 4 Investigadora Sénior, Unidad de Investigación Traslacional, Hospital General Universitario de Ciudad Real. Profesora de Toxicología, Universidad CEU San Pablo, Madrid. 5Investigador Senior, Unidad de Investigación Traslacional, Hospital General Universitario de Ciudad Real. Profesor de Farmacología, Universidad CEU San Pablo, Madrid.
∗Corresponding author. E-mail address: altayud@gmail.com (F.M. Calatayud-Sáez).
Please cite this article in press as: Calatayud-Sáez FM, et al. Mediterranean diet and childhood asthma. Allergol Immunopathol (Madr). 2016. Vol. 44. Núm. 02. Marzo – Abril 2016
http://www.elsevier.es/en-revista-allergologia-et-immunopathologia-105-articulo-mediterranean-diet-and-childhood-asthma-90449507
http://dx.doi.org/10.1016/j.aller.2015.04.007
INTRODUCCIÓN
La incidencia de asma infantil e híperreactividad bronquial (HRB) ha ido aumentando progresivamente en las sociedades con más desarrollo económico e industrial, hasta alcanzar a casi un tercio de la población1. Ocasiona problemas escolares, económicos y sanitarios importantes para sus familias y para la sociedad, lo que requiere la adopción de medidas preventivas y terapéuticas de diversa naturaleza. El grado de afectación es variable, desde el paciente que solo ha tenido unas pocas crisis de sibilancias y/o tos con bronco-espasmo leve, hasta el que tiene episodios repetitivos, frecuentes, moderados o graves, con síntomas persistentes en los periodos de intercrisis. El diagnóstico de un cuadro de HRB en la infancia es fundamentalmente clínico, y no es sencillo, ya que está basado en síntomas subjetivos, a veces difíciles de evaluar por los padres2. No existe una prueba universal o dato complementario que determine con exactitud el diagnóstico. Se ha comprobado que el mecanismo fisiopatológico fundamental es la inflamación bronquial, que es la inductora de la alta sensibilidad que tienen los bronquios para reaccionar de forma excesiva frente a distintos estímulos o factores desencadenantes. Estos pueden ser muy dispares, como las infecciones del tracto respiratorio superior, la polución atmosférica, el humo de tabaco, el ejercicio físico, la calefacción central, la polinización estacional, y la obesidad.
El tratamiento actual está basado en la utilización de fármacos bronco-dilatadores como los β-2 adrenérgicos que disminuyen la espasticidad de la musculatura bronquial, y anti-inflamatorios como los corticoides y los anti-leucotrienos, que reducen la HRB y la sintomatología clínica. Todos ellos son muy eficaces en los procesos agudos, aunque controvertidos en los tratamientos prolongados, con una evidencia limitada y no exentos de efectos secundarios, como el hecho de que pueden afectar al crecimiento infantil3. Algunas publicaciones han relacionado esta enfermedad con la pérdida del patrón alimentario tradicional, con resultados controvertidos4-7. En un estudio reciente, realizado por nuestro grupo en niños con sobrepeso y obesidad, observamos que algunos de ellos con HRB mejoraban considerablemente al controlar la calidad de la dieta que venían realizando8. Estos resultados, junto con algunos estudios sugerentes de la bibliografía, conducen a la hipótesis de que las dietas saludables, con alimentos tradicionales, como la Dieta Mediterránea podrían ayudar significativamente a disminuir la híperreactividad bronquial. Un meta-análisis recientemente publicado destaca la influencia positiva de la Dieta Mediterránea en niños con problemas respiratorios9.
El presente estudio tiene como objetivo ampliar los conocimientos disponibles en este sentido mediante el estudio de los efectos de una intervención nutricional desarrollada en el ámbito familiar y basada en la Dieta Mediterránea Tradicional (DMT) en pacientes diagnosticados de asma infantil. Esta dieta está fundamentada en el Decálogo que la Fundación de la Dieta Mediterránea propone a través de su web10y ha sido proclamada como Patrimonio cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco en el año 2010. Está caracterizada por un alto consumo de alimentos frescos de origen vegetal no refinados como frutas y verduras, cereales integrales, legumbres, aceite de oliva y frutos secos, un consumo de bajo a moderado de alimentos de origen animal como lácteos fermentados, pescados, huevos y carnes magras, y un bajo consumo de azúcar, harinas refinadas y precocinados.
MATERIAL Y MÉTODOS
1. Diseño del estudio
El estudio fue aprobado por los comités de Ética e Investigación del Hospital General Universitario de Ciudad Real. El diseño correspondió a un estudio analítico de comparación antes-después, en el que se incluyó consecutivamente a los pacientes de 1 a 5 años que acudieron a una consulta de Pediatría de Atención Primaria durante el periodo de mayo de 2009 a septiembre de 2013 que cumplían criterios de asma infantil11. Se consideró necesario para la inclusión, la continuidad asistencial durante el año previo al estudio, reflejada en la historia clínica personal de cada paciente, y cuyos padres o tutores dieron su consentimiento informado. La intervención se centró en una reeducación nutricional basada en la DMT mediante la utilización del programa de educación nutricional “Aprendiendo a comer del Mediterráneo”. Este programa se basa en una serie de visitas con la nutricionista y el pediatra, a las que se propone asistir a toda la familia. Las visitas son mensuales durante los 4 primeros meses y bimensuales hasta completar el año. Al inicio del programa se cumplimentó un cuestionario nutricional de 7 días. En la primera visita la nutricionista evalúa el cuestionario de alimentación que realiza cada niño y su familia, y se proponen cambios alimentarios en función de los problemas observados, realizando esquemas, recetas culinarias, menús de ejemplo, etc. Se realiza una valoración antropométrica y se explican temas fundamentales para la salud como la importancia de un buen desayuno, la variabilidad en los menús, el equilibrio entre consumo y gasto energético, la calidad de las grasas, proteínas e hidratos de carbono, cómo leer etiquetas, la lista de la compra, etc. Se realizó un seguimiento de los pacientes a lo largo de un año, valorándose el crecimiento pondero-estatural, la evolución clínica, las necesidades de tratamiento, la adhesión a la DMT y el grado de satisfacción de las familias utilizando para ello las variables que se especifican más adelante. No se modificó inicialmente el tratamiento convencional que los pacientes estaban recibiendo, únicamente se fue reduciendo la administración de fármacos, a medida que se apreciaba una mejoría clínica referida en los controles.
2. Variables del estudio
2.1.- Parámetros de evolución clínica y tratamiento: Variable principal: Nº de episodios de HRB o crisis de asma infantil por persona y año (recurrencias o exacerbaciones). “El III Consenso Pediátrico Internacional definió en 1998 el “asma del lactante” como aquella situación en la que se producen tres o más episodios de sibilancias y/o tos, en un marco clínico en el que el diagnóstico de asma es el más probable, tras haber excluido otros procesos menos frecuentes. Esta definición, conceptualmente estratégica, mantiene su actualidad (consenso PRACTALL, 2008), ya que incluye la expresión de la enfermedad (sibilancias, tos), la recurrencia de los episodios (tres o más) y la ausencia de otras afecciones (sibilancias y tos no suponen asma)” 12. Variables secundarias: Intensidad de la crisis, (valorada según los protocolos de la Asociación Española de Pediatría: 1- leve, 2-moderada, 3-grave)13; infecciones del tracto respiratorio superior (ITRS); complicaciones bacterianas; visitas a urgencias e ingresos hospitalarios; medicamentos administrados: corticoides inhalados, corticoides orales, bronco-dilatadores de corta duración, antibióticos, tratamiento sintomático. 2. 2.- Índice de evaluación clínica y terapéutica: Para valorar la evolución clínica de los pacientes, además de la valoración clínica efectuada por el pedíatra, hemos elaborado un cuestionario, dirigido a los padres o tutores, en el que se evalúan los síntomas relacionados con el asma infantil. Se evaluaron diez preguntas referentes a las últimas cuatro semanas y se puntuó entre un mínimo de 0 (mal control) y un máximo de 30 (asintomático). Se consideró que el paciente estaba bien controlado cuando la suma de los 10 ítems resultaba superior a 20.
2.3.- Parámetros de evolución pondero-estatural: Dado que la intervención supuso una limitación de determinado tipo de alimentos con alto valor energético, se consideró necesario evaluar el correcto desarrollo pondero-estatural de los pacientes. Para ello recogimos datos antropométricos, como el peso, talla, pliegues cutáneos, perímetros del brazo, abdomen y cintura y con ellos se calculó el índice de masa corporal (IMC), la masa magra y la masa grasa corporal siguiendo los procedimientos habitualmente utilizados por nuestro grupo 26.
2.4.- Parámetros de adhesión a la DMT: Todos los participantes recibieron una información nutricional idéntica, dirigida a toda la familia y cuyas características están condensadas en el Decálogo de la Dieta Mediterránea10. Para evaluar los nuevos hábitos adquiridos por los pacientes y sus familias, se utilizó el test de KIDMED que evalúa el grado de adhesión al patrón de dieta mediterránea en niños y adolescentes14.
Decálogo de la Dieta Mediterránea
1- Utilizar el aceite de oliva como principal grasa de adición. 2- Consumir alimentos de origen vegetal en abundancia: frutas, verduras, legumbres y frutos secos. 3- El pan y los alimentos procedentes de cereales (pasta, arroz y especialmente sus productos integrales) deberían formar parte de la alimentación diaria. 4- Los alimentos poco procesados, frescos y de temporada son los más adecuados. 5- Consumir diariamente productos lácteos, principalmente yogurt y quesos. 6- La carne roja se tendría que consumir con moderación y si puede ser como parte de guisos y otras recetas. Y las carnes procesadas en cantidades pequeñas y como ingredientes de bocadillos y platos. 7- Consumir pescado en abundancia y huevos con moderación 8- La fruta fresca tendría que ser el postre habitual. Los dulces y pasteles deberían consumirse ocasionalmente. 9- El agua es la bebida por excelencia en el Mediterráneo. 10- Realizar actividad física todos los días, ya que es tan importante como comer adecuadamente. |
Para el cálculo del tamaño muestral se utilizó un nivel de significación de 0,05 y una potencia del 85%, asumiendo una disminución de la media del número de crisis de asma infantil por paciente y año de 1 unidad, y una desviación típica de 4 unidades, ajustando para un 25% de pérdidas, lo que resultó en un tamaño muestral de 115 pacientes. Para el análisis de los resultados se utilizó el paquete estadístico SPSS 15.0. Se realizó un análisis descriptivo con estadísticos de tendencia central y de dispersión para variables cuantitativas, y frecuencias absolutas y relativas para variables cualitativas. La comparación de los resultados de las diferentes variables antes y después de la intervención se realizó mediante la prueba de la t de Student para datos pareados cuando las variables seguían una distribución normal, o mediante el test de Wilcoxon cuando no se ajustaban a la normalidad, tras comprobación con la prueba de Shapiro-Wilk.
RESULTADOS
De acuerdo al cálculo del tamaño muestral efectuado se propuso participar en el programa “Aprendiendo a comer del Mediterráneo” a las familias de 137 pacientes que cumplían los criterios de inclusión, de las cuales 24 rehusaron participar. De los 113 pacientes inicialmente incluidos 6 abandonaron el programa tras la primera sesión y 3 tras la 5ª sesión, cinco de ellos por dificultades sociales o personales para implementar la dieta y otros cuatro por desacuerdo con la limitación de algunos alimentos. Completaron por tanto el estudio un total de 104 pacientes de los cuales 50 eran mujeres y 54 varones, con una media de edad de 2,74 años (Tabla I). Los resultados obtenidos fueron semejantes en ambos sexos, por lo que en adelante se recogen de forma conjunta.
En la figura 1 se recoge la evolución de los indicadores sintomáticos (número e intensidad de las crisis, infecciones respiratorias, urgencias e ingresos hospitalarios). Todos ellos mostraron una evolución positiva y estadísticamente significativa de la HRB, a partir de las primeras semanas de la intervención en adelante. Dicha mejoría clínica se mantuvo hasta finalizar el año de tratamiento (Tabla 2). Tras el cual El 32,2% de los niños no tuvo ningún episodio de HRB durante el año de tratamiento, un 35,3 % solo tuvo una crisis en todo el año y un 24,9% tuvo dos episodios, frente a los 4,73 episodios que tuvieron de media en el año anterior.
El grado de intensidad de la crisis fue valorado por el pediatra y pasó de ser leve-moderado de media a muy leve. Esta evolución positiva de la sintomatología se acompañó de una disminución significativa en el número de ITRS, en las complicaciones bacterianas, ingresos hospitalarios y en la asistencia al servicio de urgencias. Por otra parte, las necesidades de tratamiento con antiasmáticos, antibióticos y otra medicación sintomática se redujeron también drásticamente (tabla 2). En el año de estudio ninguno de los pacientes precisaron tratamiento con anti-leucotrienos, y corticoides orales. El grado de satisfacción de las familias fue muy elevado según se aprecia en el cuestionario respecto a la mejoría observada (Tabla 3). En la población estudiada no se intervino en el estilo de vida, contaminación atmosférica o humos de tabaco, por lo que interpretamos que los resultados son debidos mayoritariamente a los cambios nutricionales. Las variables antropométricas antes, a los 4 meses y después de la intervención se exponen en la tabla 4. En los parámetros determinantes del crecimiento y desarrollo como son la talla y la masa magra, se produjo un incremento adecuado, estadísticamente significativo.
Los hábitos dietéticos de los pacientes también habían mejorado en el conjunto de la muestra al finalizar el programa (tabla 5). Así, se observó un aumento en el número de pacientes que consumían frutas, verduras, pescado, cereales integrales y lácteos fermentados; por otro lado, el porcentaje de pacientes que no desayunaban disminuyó, al igual que la proporción de los que consumían golosinas a diario y los que desayunaban bollería industrial. De acuerdo con estos datos, el valor medio del índice Kidmed evolucionó positivamente desde una puntuación considerada media-alta al inicio del programa hasta un valor bueno-óptimo al final del mismo.
DISCUSIÓN
A la vista de los resultados obtenidos, la rápida evolución de los pacientes incluidos en el programa puede considerarse muy satisfactoria. De esta forma, al concluir el estudio, en la mayoría de los pacientes el número de crisis disminuyó de forma significativa, así como el grado de intensidad de la HRB y las complicaciones asociadas. Hubo una respuesta muy favorable a las pocas semanas de iniciado el tratamiento dietético, incluso en los niños más pequeños y en aquellos con afectación más intensa.
Es especialmente importante el notable descenso observado en la necesidad de uso de fármacos bronco-dilatadores y corticoides inhalados, ya que entre los principales objetivos del tratamiento según la Global Initiative for Asthma (GINA) deben contemplarse la prevención de las exacerbaciones y la evitación de los efectos adversos de la medicación antiasmática15-17. Hubo una disminución notable del uso de medicamentos sintomáticos, como consecuencia del menor número de enfermedades y su menor grado de intensidad. Asimismo es importante señalar que no fue necesario utilizar anti-leucotrienos, ni corticoides orales, que fueron siendo desechados, durante el periodo de estudio. En los cuatro primeros meses ya se observaron notorias mejorías respecto a la situación del año anterior, de modo que aumentó considerablemente la fidelización y fue más fácil su monitorización. Hubo una buena tolerancia a la dieta propuesta, con una fácil adaptación, y sin grandes dificultades culinarias. El crecimiento estaturo-ponderal ha sido satisfactorio. Han evolucionado con el peso, y la talla esperados. Hubo un discreto descenso del IMC y la masa grasa y un aumento significativo de la masa magra. De manera similar a como sucedió en nuestro estudio de sobrepeso infantil8. La evolución clínica fue valorada por el pediatra, durante los episodios intercurrentes y en los controles periódicos.
Aunque la carencia de un grupo control en nuestro estudio no permita afirmar categóricamente que la intervención dietética haya sido la causa directa de la mejoría observada, la historia clínica de los pacientes incluidos en el estudio no permitía esperar una evolución espontánea tan favorable de los síntomas18 y por tanto la eficacia terapéutica de la dieta parece más que probable. Nuestros resultados coinciden además con otros estudios que tienden a mostrar efectos beneficiosos de la adherencia a la dieta mediterránea y del aumento en el consumo de frutas, verduras, legumbres, pescado azul y cereales integrales4,6,19,20. Por el contrario, el consumo de comida rápida y golosinas se ha asociado con el asma infantil y contrarresta el efecto protector de la lactancia materna. Se han descrito también relaciones entre el asma y la comida basura21 o el consumo excesivo de sal22.
Aunque todos los datos sugieren que la ingesta de alimentos saludables y/o la evitación de otro tipo de alimentos pueden desempeñar un papel importante en el control del asma infantil, existen resultados discrepantes en la bibliografía23. Así, una reciente revisión y un metanálisis concluyen que los factores nutricionales responsables del aumento en estas enfermedades no están claros24,25. Un estudio transversal de 14.700 niños españoles no ha evidenciado un efecto protector de la dieta Mediterránea sobre la prevalencia y severidad del asma5. Entre las posibles causas que pudieran explicar la falta de eficacia de estos estudios en relación con la intervención dietética, destacaríamos la falta de un seguimiento exhaustivo y de un adecuado control de la alimentación. Consideramos que el efecto beneficioso de nuestra intervención se debe a la implementación de una DMT muy específica y bien controlada.
Existen múltiples evidencias que apoyan la posibilidad de que la dieta mediterránea pudiera ser efectiva a la hora de contrarrestar los procesos inflamatorios e inmunitarios subyacentes al asma infantil. En este sentido, ya en un estudio prospectivo en niños asmáticos en la ciudad de México se había sugerido que el estricto cumplimiento de la dieta mediterránea tiene un efecto beneficioso sobre la respuesta inflamatoria y la función pulmonar7. En un ensayo clínico reciente hecho en adultos con asma, se apreciaron mejoras consistentes en la clínica y en la espirometría en aquellos que se adhirieron a la dieta Mediterránea26. En pacientes con asma leve se ha comprobado que la inflamación se mantiene en los periodos asintomáticos durante largo tiempo y desde el inicio de la enfermedad27. La inflamación de la mucosa bronquial va a condicionar la híper-respuesta bronquial a los estímulos desencadenantes, ocasionando una importante limitación al flujo aéreo debido a la contracción del músculo liso, edema de la mucosa e híper-secreción de moco49.
Las propiedades anti-inflamatorias atribuidas a la DMT podrían deberse en parte a la ingesta adecuada de hidratos de carbono. Al limitar el pan blanco, las harinas refinadas, el azúcar y la bollería industrial, nuestra intervención dietética disminuye los hidratos de carbono con alto índice/carga glucémica y esto podría impedir que el exceso de insulina circulante interfiriese con la correcta formación de eicosanoides; en particular se sabe que la híper-insulinemia estimula a la enzima ∆-6-desaturasa, que favorece la formación de ácido araquidónico y eicosanoides de tipo II, fuertemente pro-inflamatorios28. Además de la limitación de los hidratos de carbono simples, se hizo una reducción en la ingesta de grasas no saludables, que parece ser un aspecto altamente beneficioso de la DMT y podría contribuir significativamente a la limitación de la inflamación. La mayoría de nuestros pacientes, antes de someterse al estudio, tomaban pocas grasas de origen vegetal, y muchas de origen animal o industrial. Al limitar las carnes y derivados cárnicos, los lácteos grasos y sin fermentar, la mantequilla, la margarina, la bollería industrial y los precocinados, estamos eliminando grasas saturadas, grasas trans y ácido araquidónico, además de ciertas proteínas sensibilizantes29que podrían estar interfiriendo en la correcta función de las membranas celulares, que podrían ser más híper-reactivas frente a los factores desencadenantes. La DMT mantiene una correcta relación entre los ácidos grasos omega-3 y omega-6, precursores de los eicosanoides, que reducen los niveles inflamatorios de las citoquinas, que están aumentadas en los sujetos asmáticos30, e influyen en la diferenciación de los linfocitos T colaboradores4.
Los alimentos frescos y de temporada contienen una gran cantidad de vitaminas, minerales, enzimas, fermentos y anti-oxidantes, siendo muchos de ellos co-factores importantes en la formación de eicosanoides implicados en los mecanismos de la inflamación bronquial.31Hemos fomentado el uso de alimentos crudos o calentados al vapor o a bajas temperaturas, a fin de que no sean modificados por el exceso de calor. Al favorecer los alimentos frescos y de temporada, se han eliminado muchos de los aditivos presentes en los alimentos industriales, que podrían estar implicados en el bloqueo enzimático de los mediadores de la inflamación bronquial. La DMT es una alimentación muy rica en antioxidantes. Una disminución en la ingesta de antioxidantes ha sido asociada con el aumento de la prevalencia del asma31,32. Los alimentos de origen vegetal, actuando como simbióticos, favorecen una flora intestinal fermentativa, que ha co-evolucionado con el género humano desde épocas ancestrales33.
La microbiota intestinal depende de los alimentos que comemos y tiene un papel fundamental en la modulación del sistema inmunitario. La respuesta inmunitaria depende del consumo de los diferentes alimentos, en concreto, de aquellos que contienen importantes cantidades de fibra34. Es destacable en nuestro estudio la disminución significativa de ITRS y de sus complicaciones bacterianas, lo que sugiere un efecto inmunitario protector. La microbiota intestinal es esencial para la iniciación de los niños menores de un año en la producción individual de IgA e influye en el desarrollo de la totalidad del sistema IgA35. La mayoría de las mucosas son abundantes en IgA, donde se neutralizan antígenos inocuos y les impide penetrar en el epitelio36. Por tanto, las bajas tasas de IgA en la infancia puede ser la causa de la falta de respuesta significativa a los antígenos inocuos, es decir, a la inducción de tolerancia oral.
Todo ello podría tener importancia en la protección contra las enfermedades alérgicas. La microbiota tiene una relación de simbiosis con el anfitrión, y si esta relación no es adecuada, puede ocasionar patologías de dis-regulación inmunitaria frente a antígenos ambientales (atopia)37.
Es de destacar que los pacientes incluidos en nuestro estudio mostraban un alto cumplimiento del test de Kidmed en el inicio del mismo, antes de iniciarse los cambios dietéticos. En nuestra opinión el test de Kidmed, que mide la calidad de la dieta mediterránea, no es sensible a todos los factores nutricionales propuestos en el decálogo de la dieta mediterránea38,39, ya que entre otras cosas no tiene en cuenta si los cereales son integrales o refinados, el porcentaje de alimentos frescos o elaborados, el tipo de lácteos consumidos o la proporción de carnes y embutidos. Una reformulación de esta herramienta podría ser muy útil para el control de los niños con HRB.
Además de la falta de un grupo control aleatorizado, nuestro estudio tiene algunas otras limitaciones que deben comentarse. A lo largo del estudio fue imposible hacer una clasificación clínica como la que propone la GEMA40, ya que se intervino a partir de la tercera crisis de hiperreactividad bronquial, y por tanto no podía saberse cuál hubiera sido la evolución de los pacientes. No se realizaron pruebas complementarias sistemáticas, motivo por el cual no disponemos de valores de IPA (Índice de predicción de asma). No hemos utilizado el cuestionario de Control de Asma en Niños (CAN) propuesto por el Consenso Español, debido a que no incluye preguntas nutricionales.
En conclusión, nuestro estudio apoya la hipótesis de que una alimentación de alta calidad nutricional como la Dieta Mediterránea Tradicional puede contribuir a mejorar el control del asma infantil, posiblemente incidiendo sobre la fisiopatología inflamatoria e inmunitaria subyacente. Aunque los estudios transversales y ensayos clínicos que tratan sobre el asma infantil precisan de alta tecnificación y presupuestos económicos muy altos, otros protocolos de estudio fácilmente reproducibles en cualquier consulta de atención primaria como el que aquí se presenta pueden contribuir significativamente a mejorar el conocimiento de los efectos terapéuticos de la dieta sobre las enfermedades respiratorias.
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TABLA 1: Características de la muestra
Niños (n=54) | Niñas (n=50) | |
Peso (Kg) | 14.06±3,32 | 13.58±3.77 |
Talla (m) | 0.92±0.11 | 0.91±0.10 |
IMC (kg/m2) | 16.50±1.50 | 15.13±1.39 |
Masa grasa (%) | 14.11±3.13 | 15.67±3.49 |
Masa magra (%) | 12.08±2.96 | 11.38±2.87 |
TABLA 2: Evolution of drug treatments | |||||
Year before the | Year of | ||||
intervention | intervention | P | |||
Treatment with inhaled corticosteroids |
3,92± 1.61 | 1,11± 1.09 | 0.001 | ||
Treatment with short acting bronchodilators | 4,14± 1,61 | 1,12± 1,40 | 0.001 | ||
Treatment with leukotrienes | 0,20±0,42 | 0.01±0.09 | 0,001 | ||
Symptomatic treatment | 7.50±2.88 | 3,40±1.24 | 0,001 | ||
TABLA III: RESPUESTAS DE LOS PADRES O TUTORES RESPECTO DE LA MEJORÍA OBSERVADA EN LA HiPER-REACTIVIDAD BRONQUIAL. Mucho (3), bastante (2), algo (1), nada (0). | ||
Índice de evaluación clínica y terapéutica en la H-R-B | 4º mes | 12º mes |
¿Han disminuido las recurrencias y la frecuentación, por causa del asma? | 2,31 | 2,41 |
¿Se ha notado menor intensidad de las crisis de asma? | 2,58 | 2,95 |
¿Ha disminuido a su juicio la necesidad de urgencia y riesgo de hospitalización? | 2,84 | 2,95 |
¿Ha mejorado respecto de la tos? | 2,80 | 2,95 |
¿Se ha notado la disminución de dificultad respiratoria: pitos, silbidos, fatiga, ahogos? | 2,31 | 2,95 |
¿Se ha notado una mayor recuperación del estado de normalidad? | 2,42 | 2,95 |
¿Se ha notado el menor uso de corticoides inhalados y bronco-dilatadores? | 2,97 | 2,95 |
¿Ha notado la buena tolerancia de la dieta y su relación con el asma infantil? | 2,95 | 2,95 |
¿Han sido sencillos o fáciles los cambios culinarios?
|
2,35 | 2,95 |
¿Están satisfechos con los resultados?
|
2,58 | 2,95 |
PUNTUACION TOTAL | 26,11 | 28,96 |
TABLA 4: VALORACIÓN ANTROPOMÉTRICA AL INICIO, A LOS 4 MESES Y AL AÑO DE ESTUDIO
Al inicio de la
intervención |
A los 4 meses de
tratamiento |
Al año de intervención | P | |
IMC (kg/m2) | 16.15±1.45 | 15,67±2,28 | 15.35±2.47 | 0,14 |
Masa grasa (%) | 15.12±3.04 | 14,95±3,10 | 14.81±2.95 | 0,24 |
Masa magra (%) | 11,60±3.38 | 12.27±3,46 | 13,54±3,50 | 0,01 |
TABLA 5: KIDMED Test (Porcentaje) | |||
Al inicio | A los 4 meses | Al año | |
del estudio | de estudio | de estudio | |
Toma 1 fruta al día | 81 | 99 | 100 |
Toma más de 1 fruta al día | 24 | 71 | 88 |
Toma 1 verdura al día | 88 | 98 | 100 |
Toma verduras u hortalizas más de una vez al día | 15 | 38 | 67 |
Toma pescado fresco con regularidad (2-3v/s) | 84 | 96 | 96 |
Acude una vez o más a la semana a un centro de comida rápida | 30 | 7 | 4 |
Toma legumbres 1-2 v/s | 88 | 98 | 98 |
Toma pasta y arroz semanalmente | 96 | 98 | 98 |
Desayuna un cereal o derivado | 92 | 99 | 99 |
Toma frutos secos con regularidad* | 21 | 38 | 48 |
Utiliza aceite de oliva en casa | 100 | 100 | 100 |
No desayuna | 12 | 7 | 3 |
Desayuna un lácteo | 98 | 98 | 100 |
Desayuna bollería industrial | 33 | 13 | 9 |
Toma dos yogures o 40 de queso diariamente | 98 | 98 | 97 |
Toma cada día dulces y golosinas | 22 | 6 | 4 |
FIGURE 1
Figure 1.Evolution of parameters indicative of symptomatology along the year before intervention (baseline) and during the year of intervention (1 year). Error bars.